MERCANTIC - Un paraíso para mí

Imagino que todos los que vivís en las inmediaciones de Barcelona ya conocéis MERCANTIC. Por mi parte sólo puedo agradecer que mi casa esté a muchísimos kilómetros de distancia. La razón: bien simple. Si viviera en los alrededores, con toda seguridad tendría un espacio con mis cosas en Mercantic. Es decir, me pasaría todos los fines de semana allí metida, volvería a abrir mi antiguo taller, no pararía de pintar a todas horas, estaría en contacto con gente a la que le gusta lo mismo que a mí, y con mi familia encantada porque les gusta muchísimo lo que hago. En definitiva ... DISFRUTANDO. 

En fín. No puede ser. Si hubiera algo así en Madrid, ya estaría metida hasta las cejas. Mis amigos a veces me preguntan por qué no vuelvo a trabajar como restauradora o por qué he dejado el tema de la pintura decorativa. Para mí es muy sencillo: "santa nómina bendita". Y más con todo lo que está cayendo.

Dejadme que os cuente mi experiencia con este sitio tan especial. Hace bastantes años tuve la suerte de trabajar como Profesora Adjunta en un curso de restauración muy especializado que organizaba el Servei de Restauració de Béns Mobles de la Generalitat, en su sede de San Cugat del Vallés. El tema era muy novedoso: "Sutura de Desgarros en Pintura sobre tela por Soldadura de Fibras"  (Curs de sutura d'estrips en pintura sobre tela per soldadura de fils) (Revista RESCAT).

La profesora titular era una compañera restauradora a la que admiro muchísimo (y a la que quiero sin límites). Estuvimos dos veces en Barcelona y, en ambas ocasiones, estos cursos nos sirvieron para pasar unos días juntas y no parar de hablar de nuestras cosas en los ratos libres (en esa época ella vivía en Madrid y yo en Canarias).

El programa era apretado y estábamos dando clase todo el día, con un pequeño descanso para comer. Durante el segundo curso, después de oír hablar de Mercantic a todos los restauradores asistentes, decidí escaparme en un taxi a última hora de la tarde (justo 45 min. antes de que cerraran). El taxista se quedó esperando mientras yo recorría como un potro desbocado todas las instalaciones. ¡Aluciné, y se me quedó grabada a fuego una visita pendiente!

Tiempo después hice un viaje relámpago y quedé con mi prima para enseñarle mi descubrimiento. Lo sabía: se quedó impresionada. Ella es arquitecto y tiene una vena creativa muy positiva. Es un sitio que se dedica a la compra venta de antigüedades, subastas y derribos arquitectónicos. Montado sobre una antigua fábrica de cerámica que estaba abandonada, este espacio se ha convertido en un referente europeo. Tan solo está a 150 km. de la frontera francesa, y la variedad de objetos que puedes encontrar es increíble.

Además, al lado del espacio principal se han situado pequeños "ateliers" de gente muy especializada. Y ahí es donde a mí me encantaría tener mi taller personal.

Este verano he vuelto (por supuesto que he repetido la visita con mi prima) y, a pesar de encontrarme con el 70% de los comercios cerrados, os traigo una pequeña muestra de una de las tiendas que, como blogger, me dejó loca (y eso que yo mas bien tiendo al minimalismo y a la eliminación de adornos).

Espero que os guste. Ya os iré enseñando cómo personalizo alguno de estos objetos.

Rius i Taulet, 120
08173 Sant Cugat del Vallès
BARCELONA