Elena, ese lema que se vende también en chapitas en Londres me lo regaló mi marido conociendo mis agobios. En teoría es la frase que decían en la II Guerra Mundial a la población cuando Londres era bombardeada.
Pues últimamente yo me lo repito todas las mañanas. Eso si, con optimismo. Un beso.
Elena, ese lema que se vende también en chapitas en Londres me lo regaló mi marido conociendo mis agobios. En teoría es la frase que decían en la II Guerra Mundial a la población cuando Londres era bombardeada.
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