Por primera vez este año he podido acudir en persona a la exposición de la Bienal de Venecia. Como siempre, tengo opiniones contrapuestas pero quiero mostraros lo que mas me impactó.
Al llegar a la sala dedicada al proyecto de Norma Jeane, de repente pasabas de ser mera espectadora para convertirte en autora de la obra de la artista americana.
Desde el día de la inauguración, se colocaron tres grandes bloques de plastelina negra, blanca y roja a disposición del público para que cada uno la utilizara para jugar o dibujar sobre los muros y el suelo de la sala.
Después de llegar de un estado de embriaguez cultural y otro tanto de "atocinamiento" mental en el que ya no sabes en qué pabellón estás o qué país estás visitando, resulta mas que refrescante poder pararte a experimentar y compartir con el resto de visitantes un espacio en el que puedes mostrar tu propio punto de vista y ser protagonista de la información que allí se está generando.
La visita a la exposición no la realizaba con un acompañante cualquiera. Mas bien se trata de uno bastante exigente. Es difícil mantener la atención de una niña de 12 años, en pleno mes de agosto, con un calor asfixiante y un programa de visita exhaustivo por delante. Al final, ambas coincidimos en que este momento de la exposición fué el mejor y mas divertido y, por eso, también dejamos nuestra pequeña aportación en la pared.
Os paso un link para que podáis verlo en directo. http://youtu.be/yFyyqFDUg_k
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